jueves, 25 de julio de 2013

Nuevas normas sobre servicios de pago

Las nuevas normas sobre servicios de pago beneficiarán a los consumidores y a los minoristas
Para adaptar el mercado de pagos de la UE de forma que se aprovechen las oportunidades del mercado único y apoyar el crecimiento de la economía de la UE, la Comisión Europea ha adoptado hoy un paquete que incluye:
· Una nueva Directiva de Servicios de Pago («DSP2»).
· Una propuesta de Reglamento relativo a las tasas de intercambio aplicables a las operaciones de pago con tarjeta.

La Directiva de Servicios de Pago revisada introduce una serie de nuevos elementos importantes y de mejoras en el mercado de pagos de la UE:
·    Facilita y hace más seguro el uso de servicios de pago de bajo coste por Internet a través de la inclusión en su ámbito de aplicación de nuevos servicios denominados de iniciación del pago. Se trata de servicios que operan entre el comerciante y el banco del comprador y permiten pagos electrónicos baratos y eficaces sin recurrir al uso de una tarjeta de crédito. Estos proveedores de servicios estarán sujetos a partir de ahora a niveles de regulación y supervisión igual de rigurosos que las demás entidades de pago. Al mismo tiempo, los bancos y los demás proveedores de servicios de pago deberán intensificar la seguridad de las transacciones en línea mediante una estricta autenticación de los clientes en los pagos.

·    Los consumidores estarán mejor protegidos contra el fraude, los posibles abusos y los incidentes de pago (por ejemplo, en caso de impugnación o de ejecución incorrecta de las operaciones de pago). En los casos de operaciones de pago con tarjetas no autorizadas, las pérdidas para los consumidores serían muy limitadas (hasta un máximo de 50 euros frente a los 150 actuales).
·    La propuesta aumenta los derechos de los consumidores en relación con el envío de transferencias y remesas fuera de Europa o el pago en divisas de fuera de la UE.
·    Promoverá la aparición de nuevos operadores y el desarrollo de sistemas de pago por telefonía móvil e Internet en Europa, lo que fortalecerá la competitividad de la UE en todo el mundo.

El Reglamento sobre tasas de intercambio, unido a la Directiva de Servicios de Pago revisada, introducirá límites máximos para las tasas de intercambio en las transacciones con tarjetas de débito y de crédito de los consumidores y prohibirá la aplicación de recargos por el uso de estos tipos de tarjetas. Los recargos son las cargas adicionales impuestas por algunos comerciantes al pago con tarjeta y están muy extendidos, en particular en las compras de billetes de avión. Una vez se establezcan los límites máximos de las tasas de intercambio por el uso de tarjetas, los costes de los minoristas se reducirán notablemente y los recargos ya no estarán justificados.
Durante un período de transición de 22 meses, se aplicarán límites máximos a las tasas de intercambio en las transacciones transfronterizas con tarjetas de débito y de crédito, es decir, cuando un consumidor utilice su tarjeta en otro país o cuando el minorista utilice un banco de otro país. En una fase posterior estos límites máximos se aplicarán también a las operaciones nacionales. Los límites fijados son del 0,2 % del valor de la transacción para las tarjetas de débito y del 0,3 % para las tarjetas de crédito. Estos niveles ya han sido aceptados por las autoridades de competencia para una serie de operaciones con tarjetas de las marcas Visa, MasterCard y Cartes Bancaires. Por lo que se refiere a las tarjetas que no estén sujetas a estos límites (principalmente las tarjetas comerciales emitidas para empresas y los sistemas «tripartitos», tales como American Express o Diners), los comerciantes tendrán la posibilidad de rechazarlas o de cobrar un recargo. De esta forma, los costes impuestos por estas tarjetas caras podrán imputarse directamente a quienes se benefician de ellas y no a todos los consumidores.
Las tasas de intercambio se incluyen en los costes de los minoristas por la recepción de los pagos con tarjeta y son sufragados, en última instancia, por los consumidores, debido al aumento de los precios de venta. Aunque invisibles para los consumidores, cuestan al comerciante y, en última instancia, a los propios consumidores, decenas de miles de millones de euros cada año. El nivel de las tasas de intercambio varía considerablemente entre los Estados miembros, lo que indica que no tienen una justificación clara y crean una barrera importante entre los mercados nacionales de pago. El establecimiento de un límite máximo para estas tasas reducirá los costes soportados por minoristas y consumidores y ayudará a crear un mercado de pagos a escala de la UE. Debería también impulsar la innovación y ampliar el margen de maniobra para que los prestadores de servicios de pago ofrezcan nuevos productos.

Contexto
La revisión del marco de pagos de la UE, especialmente la Directiva sobre servicios de pago (DSP), y las respuestas al Libro Verde de la Comisión «Hacia un mercado europeo integrado de pagos mediante tarjeta, pagos por Internet o pagos móviles» de 2012 (véase IP/12/11), llevó a la conclusión de que son necesarias medidas complementarias y actualizaciones de la reglamentación, incluida la adaptación de la DSP. De esta forma, el marco reglamentario en materia de pagos respondería mejor a las necesidades de un mercado de pagos europeo eficaz, contribuyendo a un entorno de pago que favorezca la competencia, la innovación y la seguridad. La modernización del marco legislativo por lo que se refiere a los pagos de transacciones minoristas ya se consideró una de las acciones clave del Acta del Mercado Único II de la Comisión.
Este paquete de medidas responde a cambios importantes en el modo en que los europeos compran y pagan. Casi la totalidad de los titulares de una cuenta bancaria en la UE posee una tarjeta de pago de débito y el 40 % también posee una tarjeta de crédito. El 34 % de los ciudadanos de la UE ya realiza compras por Internet y más del 50 % posee un smartphone, lo que les permite pagar por telefonía móvil. Algunos sectores de la economía, como el sector del turismo, realizan incluso la mayoría de sus ventas por Internet.
Al mismo tiempo, el mercado de pagos con tarjeta, por Internet o por telefonía móvil de la UE sigue estando fragmentado y tiene que sortear importantes obstáculos que dificultan su desarrollo y ralentizan el potencial de crecimiento de la UE (como las divergencias en los costes de los pagos para los consumidores y los comerciantes, las diferencias de infraestructuras técnicas o la incapacidad de los proveedores de servicios de pago de llegar a un acuerdo sobre la aplicación de normas técnicas comunes).
Además, a medida que el pago con tarjeta se extiende, el modelo, todavía dominante, de las «tasas de intercambio» (comisiones que los bancos se pagan unos a otros por cada pago con tarjeta) fomenta unas comisiones interbancarias elevadas e influye en los costes de los comerciantes y, en última instancia, en los precios que han de pagar los consumidores. Además impide la incorporación al mercado de nuevos operadores.
Para más información
Véase asimismo MEMO/13/719

Fuente: CE Prensa

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