jueves, 1 de septiembre de 2016

Según el calendario marcado por la UE a partir de 1 de septiembre, adiós a los focos halógenos.




Hace unos años nos despedimos de las bombillas de toda la vida (las lámparas incandescentes), y ahora llega el turno de los focos halógenos. La Unión Europea ha puesto en marcha un plan para que estos productos, menos eficientes, dejen de comercializarse a partir de septiembre de 2016. No obstante, aún podrán encontrarse (y comprar) los que queden en stock en las tiendas. 
Lo que se pretende con esta medida es que los consumidores cambien a focos con tecnología LED, capaces de sustituir a los halógenos en términos de calidad, eficiencia energética y durabilidad.  
Las bombillas halógenas (las que no son focos) podrán seguir vendiéndose hasta 2018. 

¿Qué bombilla prefieres?

El consumidor tiene distintas opciones en el caso de las bombillas “normales”. Estas son las tecnologías disponibles
  • LED
A su favor tienen que son las más duraderas y las que menos electricidad consumen. Apenas tardan en dar toda su intensidad lumínica, y aunque su precio es más caro, son las más eficientes a la larga.
En contrapartida, son las más nocivas para el medio ambiente por la cantidad de materiales que se usan en su fabricación y porque no reproducen del todo bien el color.
  • Halógenas
Estas bombillas son las que mejor luz dan, con un color algo más cálido que el resto y buena luminosidad. Su intensidad lumínica se aprecia pronto y se puede regular fácilmente.
En su contra está que duran menos que el resto (unas 2.000 horas) y consumen bastante electricidad, con lo que aunque su precio es bajo, terminan saliendo caras.
  • Fluorescentes
Esta es una tecnología madura. Se trata de una iluminación muy eficiente, aunque no tanto como los LED. 
Su "pero" viene de que tardan en lucir a su máxima potencia, no reproducen bien el color y se deterioran más rápidamente, sobre todo si se encienden y se apagan a menudo.

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