La industria textil, aunque fundamental para la economía, es a la vez una gran consumidora de recursos y una importante emisora de gases de efecto invernadero.
En la UE, el sector emplea a 1,3 millones de personas, con una facturación de 167.000 millones de euros y más de 67.000 millones en exportaciones. Los ciudadanos europeos utilizan una media de veintiséis kilos de productos textiles al año y desechan once kilos.
Actualmente en la UE, la producción y el consumo de textiles tienen el mayor impacto en el medio ambiente y el cambio climático, después de la alimentación, la vivienda y el transporte. Entre estas repercusiones figuran el uso excesivo de los recursos naturales, el agua, la tierra y los productos químicos, y la emisión de gases de efecto invernadero y contaminantes.
Además, la estrategia de la UE para un Sector Textil Sostenible y Circular se centra en el diseño ecológico, la prevención de residuos y contaminación, los materiales seguros y de origen biológico, los flujos de materiales circulares y las cadenas de suministro responsables. La estrategia también abarca nuevos modelos de negocio, como el alquiler de ropa, el diseño de productos para facilitar su reutilización y reciclaje, y convencer a los consumidores de que compren ropa de mejor calidad y más duradera.
En respuesta, la UE ha financiado un número creciente de proyectos de investigación e innovación sobre sostenibilidad y circularidad textil. Se han puesto en marcha diferentes convocatorias de la iniciativa Horizonte para seguir desarrollando tecnologías y procesos que amplíen la reparación, mejoren la recogida y la clasificación, aumenten la capacidad de reciclaje textil de la industria de la UE y la absorción de contenido de fibras recicladas. Este es el resultado del creciente interés de la UE por la transición sostenible de la economía y la sociedad de la UE como parte del Pacto Verde Europeo.
Fuente: Comisión Europea.
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