Cada año se desperdician en la UE cerca de 59 millones de toneladas de alimentos (131 kg/habitante), con un valor de mercado estimado de 132.000 millones de euros. Más de la mitad de los residuos alimentarios (53 %) son generados por los hogares, seguidos por el sector de la transformación y la fabricación (20 %). La lucha contra el desperdicio de alimentos ofrece un triple beneficio: ahorra alimentos para el consumo humano, contribuyendo así a la seguridad alimentaria, ayuda a las empresas y a los consumidores a ahorrar dinero, y reduce el impacto medioambiental de la producción y el consumo de alimentos.
Para acelerar el progreso de la UE, la Comisión propone que, de aquí a 2030, los Estados miembros reduzcan el desperdicio de alimentos en un 10% en la transformación y la fabricación y en un 30 % (per cápita) conjuntamente en el comercio minorista y el consumo (restaurantes, servicios de restauración y hogares).
La reducción del desperdicio de alimentos reducirá los recursos necesarios para producir los alimentos que consumimos. La lucha contra el desperdicio de alimentos ofrece un triple beneficio: ahorra alimentos para el consumo humano; reduce el impacto medioambiental de la producción y el consumo de alimentos, y contribuye al ahorro de las empresas y los consumidores. Un hogar de 4 personas ahorraría una media de unos 400 EUR anuales si se redujera el desperdicio de alimentos en consonancia con esta propuesta.
Por otro lado, los residuos textiles también suponen una carga para unos recursos naturales limitados. Alrededor del 78% de los residuos textiles no son recogidos de forma separada por los consumidores y acaban mezclados con los residuos domésticos, destinados a ser incinerados o depositados en vertederos.
La Comisión ha propuesto normas para que los productores sean responsables de todo el ciclo de vida de los productos textiles y para apoyar la gestión sostenible de los residuos textiles en toda la UE. Esta iniciativa acelerará el desarrollo del sector de la recogida separada, la clasificación, la reutilización y el reciclado de productos textiles en la UE, en consonancia con la Estrategia de la UE para unos textiles sostenibles y circulares. Se espera que el aumento de la disponibilidad de textiles usados cree puestos de trabajo locales y ahorre dinero para los consumidores en la UE y fuera de ella, al tiempo que se mitigan los efectos de la producción textil en los recursos naturales.
Más información
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