La economía digital crece siete veces más deprisa que el resto de la economía. Pero la actual fragmentación del marco político paneuropeo lastra su potencial. Europa va a la zaga de otros países en cuanto a redes digitales veloces, fiables y conectadas, que sustenten nuestras economías y estén
presentes en cada momento de nuestra vida privada y profesional. A la hora de comunicarse entre países, los ciudadanos europeos se encuentran hoy en día con costes diferentes, sistemas incompatibles y una conectividad irregular en todo el continente. Esto perjudica a todos los ciudadanos, empresas e innovadores de Europa.
La Agenda Digital para Europa se creó en mayo de 2010 para impulsar la economía europea aprovechando las ventajas económicas y sociales sostenibles del mercado único digital.
Aunque 250 millones de europeos se sirven de internet a diario, aún hay millones que nunca lo han utilizado. Las personas con discapacidad tienen especiales dificultades a la hora de disfrutar de los nuevos contenidos y servicios electrónicos. Cada vez más tareas cotidianas se hacen en línea: para participar plenamente en la sociedad todos necesitamos una mayor capacitación digital.
La economía digital también ofrece oportunidades siempre que los ciudadanos sepan aprovecharlas. Para 2020 se prevén 16 millones más de puestos de trabajo que requieran competencias en tecnologías de la información y las comunicaciones. Y, ya en 2015, el 90 % de los puestos de trabajo requerirá cualificaciones básicas en tecnologías de la información.
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