1. Un nuevo enfoque de la política de cohesión y un cambio de mentalidad: un nuevo énfasis en los resultados, la introducción de condiciones previas para la financiación y una fuerte orientación estratégica han cambiado la percepción de la política de cohesión de subvención a inversión — con el fin de mejorar la calidad de los proyectos.
2. La reforma: la transformación de la política de cohesión, a través de una reforma profunda y de gran alcance, para convertirla en un instrumento de inversión estratégica que pueda contribuir a la consecución de los objetivos de la Estrategia Europa 2020. Mediante la concentración de los recursos en los principales sectores de crecimiento, como la innovación y la investigación, la Agenda Digital el apoyo a las pequeñas y medianas empresas y la economía de baja emisión de carbono, la nueva política traslada el centro de atención de las infraestructuras al apoyo a las empresas y la economía real. Por ejemplo, mediante obligaciones separadas de inversión en eficiencia energética y energías renovables, unos 38 millones de euros servirán para apoyar el paso a una economía con bajas emisiones de carbono.
3. La política de cohesión ha protegido a las regiones y ciudades de Europa de los peores efectos de la crisis: mediante el apoyo a la inversión pública y una ejecución de las inversiones de la UE con flexibilidad, por ejemplo a través de la reprogramación de los fondos. Un aumento de la cofinanciación ha ayudado a países como Chipre, Grecia, Hungría, Irlanda, Portugal y Rumanía. En un momento de saneamiento fiscal sostenido la política de cohesión de la UE ha tenido una importancia vital. Sin la política de cohesión, las inversiones públicas tan necesarias en los Estados miembros menos desarrollados se habrían hundido en un 45 % adicional durante la crisis.
4. El presupuesto de la política de cohesión de la UE se ha defendido y mantenido: en las duras negociaciones sobre el presupuesto para el plan de gasto de siete años de la UE, el «marco financiero plurianual», se impuso el argumento en favor de invertir en todas las regiones de la UE en todos los Estados miembros. La política de cohesión representa más de un tercio del presupuesto 2014-20 y es la mayor política de inversión a escala de la UE en apoyo de los objetivos de la Estrategia Europa 2020.
5. Un mayor énfasis en los resultados y la rendición de cuentas y una mejor coordinación entre los distintos fondos de la UE: a raíz de la reforma existe la obligación para países y regiones de fijar objetivos claros, transparentes y mensurables desde el principio. Los avances deben medirse y publicarse, con un seguimiento y debate periódicos sobre el modo en que se utilizan los recursos financieros. Las nuevas normas comunes significan que los cinco Fondos Estructurales y de Inversión europeos funcionarán mejor y de manera coherente.
6. Un vínculo más claro entre política de cohesión y disciplina presupuestaria: mediante la adaptación de la política a las normas del Semestre Europeo y las recomendaciones específicas por país, la eficacia de las inversiones no se ve perjudicada por políticas presupuestarias o económicas inadecuadas. Además, ha habido un mayor apoyo a las administraciones en su gestión de los programas financiados por la UE en los Estados miembros: reconociendo el importante papel de las instituciones y de las administraciones en la ejecución de las inversiones de la política de cohesión, más de 4 millones de euros apoyarán el refuerzo de la capacidad y la modernización de las administraciones públicas.
7. Ampliación del uso de los instrumentos financieros: aprovechar mejor el valioso efecto multiplicador de las inversiones de la UE en un momento en el que la fuente de financiación de las PYME se ha ido agotando. La nueva política de cohesión contempla un cambio de una cultura basada en la subvención a una basada en los préstamos, lo que debería mejorar la calidad de los proyectos y disuadir de la dependencia de las subvenciones. Los fondos de la UE respaldarán las garantías y el capital inversión o capital riesgo a través de normas comunes, una ampliación de su ámbito de aplicación y una oferta de incentivos (por ejemplo, porcentajes de cofinanciación más elevados). Inspirados en la política de cohesión de la UE, a partir de 2014-2020, todos los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos dedicarán importantes recursos a inversiones a través de instrumentos financieros.
8. Defensa de las ciudades de Europa y sus regiones: en la actualidad está en proceso de constitución una Agenda Urbana, en respuesta a los llamamientos en favor de una mayor participación de las ciudades en la política de la UE. Además, la dimensión urbana de la política se ha visto reforzada, por ejemplo con más cantidades que se destinarán a proyectos integrados en las ciudades.
9. Refuerzo de la cooperación transfronteriza y entre las regiones: a través de las estrategias macrorregionales y los programas de cooperación territorial europea, los países y las regiones están abordando juntos los retos comunes. 23 Estados miembros de la UE y de algunos terceros países se han comprometido en estrategias macrorregionales y de las cuencas marítimas (en la región del Mar Báltico, la región del Danubio y la zona del Océano Atlántico y, próximamente, en las nuevas estrategias para la región del Adriático y del Jónico y la Región Alpina).
10. Reforma del Fondo de Solidaridad y ayuda a las regiones azotadas por catástrofes: En este mandato, el Fondo de Solidaridad de la UE ha movilizado cerca de 1500 millones de euros para ayudar a la reconstrucción y la recuperación después de catástrofes naturales tales como inundaciones, terremotos e incendios forestales. El nuevo Reglamento lo simplifica y racionaliza para poder responder más rápidamente y permitir anticipos para cubrir las necesidades más urgentes inmediatamente después de una catástrofe.
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