¿Se ha visto usted alguna vez en la situación de tener que hacer
una interminable cola a la salida de un bar, un club u otro establecimiento y
preguntarse cómo es posible que la compañía no envíe más taxis a esa zona? Un
nuevo instrumento financiado por la UE ha ayudado a desarrollar una aplicación
que hace de esa mala experiencia algo perteneciente ya al pasado. Gracias al Smartaxi se reduce el tiempo de espera dado que los taxistas
pueden recoger e intercambiarse información sobre los lugares donde hay mayor
concentración de clientes y dirigirse a ellos.
Smartaxi ha podido desarrollarse gracias a una «caja de
herramientas» financiada por la UE, la llamada FIWARE. La aplicación está siendo utilizada ya por unos 400
taxistas de Barcelona y de Moscú, lo que prueba que las nuevas tecnologías y la
innovación les ayudan en su trabajo y mejoran los servicios que prestan a sus
clientes.
La
aplicación se encuentra disponible en Barcelona y Moscú, y pronto se realizarán
pruebas también en Madrid. Cuando un cliente se sube a su taxi, abre la
aplicación en su tableta y aprieta la tecla de Start. Cuando el cliente
llega a su destino, pulsa la tecla de Finish. Y eso es todo. No puede ser
más fácil.
Una caja de herramientas financiada por la UE
Los creadores de Smartaxi han utilizado elementos proporcionados
por FIWARE (@FIWARE), que es una infraestructura en la nube, abierta e
innovadora, destinada a la creación de nuevas aplicaciones y servicios. Según
explica Román Ortín, miembro del equipo de Smartaxi, «FIWARE ofrece un catálogo de herramientas genéricas. En él hemos encontrado la
solución perfecta para procesar «datos masivos». Se trata de
Cosmos. Cosmos nos ha ayudado
realmente mucho a desarrollar nuestra aplicación de forma sencilla y muy
rápida».
Contexto
FIWARE forma parte de la asociación público-privada para la Internet del futuro,
enmarcada en la UE, así como del compromiso de esta de ayudar a los
emprendedores a prosperar en Europa a través de la iniciativa Startup Europe.
Smartaxi es una aplicación gratuita durante el primer mes. Después,
el taxista tiene que pagar una tarifa de 30 euros al mes. Existe también la
posibilidad de que sean las autoridades locales las que paguen la suscripción
con objeto de aliviar en sus ciudades los problemas de tráfico y de reducir las
emisiones procedentes de este.
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