Según László Andor, Comisario Europeo de Empleo, Asuntos
Sociales e Inclusión:
La producción de automóviles ha caído
fuertemente en Europa y la industria automovilística deberá afrontar grandes
cambios estructurales para responder a la globalización. Muchos trabajadores de
la industria del motor viven tiempos difíciles y la solidaridad de la UE es importante para ayudarlos
a gestionar esta dura transición. Los 1,9 millones de euros que hemos propuesto
ayudarían a estos trabajadores despedidos a adaptar sus competencias y les
facilitarían la búsqueda de un nuevo puesto de trabajo o la creación de su
propia empresa.
España
solicitó ayuda del FEAG para los 285 antiguos trabajadores del Grupo Santana. El paquete está diseñado para
ayudar a los trabajadores mediante formación ocupacional, formación
profesional, formación en el puesto de trabajo y subsidios de formación.
El
coste total estimado del paquete asciende a aproximadamente 3,9 millones
de euros, de los cuales el FEAG aportaría la mitad.
Contexto europeo
En
2012, los entonces veintisiete Estados miembros de la UE produjeron solo el 26 % de los vehículos
de pasajeros fabricados en el mundo (15,1 millones de unidades), lo que supone
una importante reducción en comparación con el 34,1 % producidos en 2005 y
el 35,9 % producidos en 2000. Durante el mismo decenio, la cuota de
mercado de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) pasó del 8,4 %
en 2000 al 15,8 % en 2005 y al 33,5 % en 2010. Los cambios en la
distribución geográfica del consumo constituyen la causa principal de esa
redistribución de las cuotas de mercado mundiales, sobre todo el rápido aumento
de la demanda en los mercados asiáticos, del que tienen menos posibilidades de
beneficiarse los productores de la
UE , al estar tradicionalmente peor posicionados en esas
zonas.
El
modelo empresarial del Grupo Santana combinaba la producción de vehículos de
marca propia, como el jeep «Anibal Santana», vendido a varios ejércitos
europeos, entre ellos el francés y el checo, y la fabricación y el montaje de
vehículos para otros fabricantes, como el grupo italiano Iveco o el japonés
Suzuki.
Las
decisiones estratégicas de los principales clientes de Santana dieron lugar a
la cancelación o no renovación de contratos en curso para dar prioridad a la
producción a proximidad de los nuevos mercados emergentes, en particular la India o China. A pesar de
las medidas adoptadas para reactivar la empresa, después de que las
negociaciones de adquisición no permitieran llegar a un acuerdo, el Grupo
Santana se vio abocado a la quiebra y al cierre.
Información
adicional: Sitio web del FEAG
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