Los datos más recientes sobre el tratamiento de las aguas residuales en Europa muestran mejoras a nivel de la colecta y el tratamiento, si bien subsisten grandes diferencias entre los Estados miembros. Los pioneros, como Austria, Alemania y los Países Bajos, cumplen ampliamente las normas mínimas de la UE para el tratamiento de las aguas residuales, seguidos de cerca por varios otros. Los Estados miembros más recientes, que arrancaron desde una posición de desventaja, también han mejorado la colecta y el tratamiento en términos generales, a pesar de unos índices de cumplimiento inferiores. Estos avances se deben a un apoyo significativo de la UE en forma de inversiones por un valor de 14 300 millones EUR entre 2007 y 2013.
El informe muestra que la gran mayoría (91 %) de la carga contaminante de las grandes ciudades de la UE recibe un tratamiento más riguroso, lo que constituye una mejora considerable de la situación desde el informe anterior (77%).
Además, la calidad de las aguas de baño también se ha beneficiado, indudablemente, del mejor tratamiento de las aguas residuales y de la disminución de los vertidos de aguas residuales brutas en el medio ambiente (véase IP/13/445). A principios de la década de 1990, solamente alrededor del 60 % de las zonas de baño tenían agua de calidad excelente, frente al 78 % actual.
En virtud de legislación de la UE convenida en 1991, los Estados miembros están obligados a disponer de sistemas colectores de las aguas residuales urbanas y tienen que garantizar que las aguas que entren en dichos sistemas sean objeto de un tratamiento secundario adecuado para eliminar los contaminantes. Las aguas residuales que entren en zonas sensibles (tales como zonas de baño o depósitos de agua potable) deben ser objeto de un tratamiento adicional más estricto.
El último informe, que abarca el período 2009-2010, presenta los siguientes resultados principales:
· Índices de colecta muy elevados, con 15 Estados miembros que recogen el 100 % de su carga contaminante. Todos los Estados habían mantenido o mejorado sus resultados anteriores, si bien los índices de cumplimiento eran inferiores al 30 % en Bulgaria, Chipre, Estonia, Letonia y Eslovenia.
· Los índices de cumplimiento del tratamiento secundario son del 82 %, cuatro puntos por encima de los del informe anterior. Pero hay diferencias enormes ente los Estados UE-15, donde los índices se situaban en la gama entre el 90 % y el 100 %, y los Estados UE-12, donde el índice medio era del 39 %.
· Los índices de cumplimiento del tratamiento más riguroso para combatir la eutrofización o reducir la contaminación bacteriológica que pudiera afectar la salud humana eran del 77 % globalmente. Los Estados miembros UE-12 tenían un índice medio de cumplimento del 14 %, mientras que Austria, Alemania, Grecia y Finlandia alcanzaron un índice del 100 %.
· La parte del teritorio de la UE designado zona sensible aumentó en dos puntos desde el informe anterior para situarse en casi el 75 %. Los aumentos más importantes tuvieron lugar en Francia y Grecia.
El informe muestra que la gran mayoría (91 %) de la carga contaminante de las grandes ciudades de la UE recibe un tratamiento más riguroso, lo que constituye una mejora considerable de la situación desde el informe anterior (77 %). Pero un anexo del informe que compara la situación de 27 capitales europeas añade una advertencia: solamente 11 de las 27 ciudades mencionadas disponían de un sistema adecuado de colecta y tratamiento a pesar de que las normas fueron establecidas hace más de 20 años.
Contexto
Los fondos de cohesión y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional desempeñan un papel decisivo en la aplicación de la Directiva. En 2009 se destinaron 3 500 millones EUR a proyectos de infraestructuras de aguas residuales, y en 2010 9 700 millones EUR, de los que Polonia recibió 3 300 millones EUR, Rumanía 1 200 millones EUR, y Hungría 600 millones EUR. Para todo el período de programación de 2007-2013, la contribución de la UE a inversiones en el ámbito de las aguas residuales se calcula en cerca de 14 300 millones EUR.
Los índices de cumplimiento fueron más elevados siempre que hubo recuperación de los costes y se aplicó el principio de “quien contamina, paga”. La Comisión fomenta el cumplimiento a través de un diálogo continuo y, llegado el caso, abriendo procedimientos de infracción, algunos de los cuales se remontan a 1997. Actualmente hay abiertos procedimientos de infracción contra 10 Estados miembros.
Información adicional:
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